viernes, 13 de noviembre de 2015

escritura del 29 de septiembre de 2012

soy un pinguino, tomo vino
quemo colillas usadas
tiro algunas cosas por la ventana
(cuando nadie me ve)
me río y lloro sola, en el tren
existe una relación entre las uñas largas y el pasado para mí
mis dedos son elásticos en el sentido contrario
tengo la cara torcida, pero poca gente se da cuenta
me gustan las flores
pero nunca tengo flores
hoy tengo flores porque hospedé a alguien
ayer lloré
una vez le escribí una carta al ratón perez, intimidandolo porque no me había traído diez pesos
no creo en santa claus, dios, el networking, que vos me hayas olvidado
no me olvido de lo que me importa (me olvido de lo que no me importa)
me dice mi hermana que soy egocéntrica, yo prefiero decir que me cuido a mí misma en esta jungla de animales enmascarados
la música y el chocolate son paraísos en sí mismos
a veces no se cómo hacer con la imperfección, es una idea que me cuesta
pero no entiendo por qué creo que las cosas tienen que ser perfectas
yo sé que las cosas no serán perfectas
y yo soy imperfecta también.
pinto mouches volantes
no me gusta la belleza como llegada (sin excepción), por eso desconfío de la gente bella como llegada.
y sin embargo amo la belleza interna, y lo mejor
es que la detecto.
La detecto, porque la belleza brilla.
me busca,
y no me deja dormir ni concentrarme en nada.
Cuando hay algo bello, para mi no hay motivo para hacer otra cosa que contemplarla.
Me gustan los callejones, aunque nunca los encuentro.
Me gusta la idea del café escondido,
están tan escondidos que no los encuentro al final,
y termino en un lugar normal
rodeada de gente normal.
entonces siempre tengo que andar inventando
Fui parte de la sociedad de un modo,
ahora de otro,
pero nunca cumplí las normas.
Las normas saben por qué, saben que son insoportables, aburridas y egoístas.
Saben que en el fondo piensan en ellas mismas, y no en la persona a la que condenan.
Las normas condenan. Si uno las deja, a uno lo condenan. Lo hacen porque no pueden hacer otra cosa. Lo hacen del mismo modo que la gravedad te mantiene en la silla.
Entonces las descubrí, y me guiñaron el ojo
Me dijeron que no me iban a condenar si no me acercaba,
si me iba lejos.
Por eso me fui.
No se por qué, pero me puse a correr sin ninguna seguridad.
Sigo corriendo sin ninguna seguridad. Es cierto, sin ninguna. Nada de lo que me rodea me hace sentir segura.
Es un camino solo. Es un camino que duele muchas veces.
Una ruta de la constante reformulación.
lo mejor es lo que pasa y no lo que se dice que pasa.
Hay rutas así en todas partes, y las rutas así curan heridas y abren otras.
Hay rutas así en todas partes, ahí hay una, mirá, ahí al costadito tuyo