domingo, 31 de agosto de 2014

La Runa Loja

Desde el rincón preferido de la casa
me diste esperanza.
Lo ví todo
el negro, de a poco hasta cubrirte por completo.
Te ví, transformándote en el amanecer.
Aún seguía el cielo de noche
y tu ya estabas del color de las naranjas,
de las flores, de los labios.
Todos lo vieron desde distintos lugares;
un círculo alrededor tuyo
mientras tanto
tanto pasan
las nubes tanto pasan
pasan mientras.
Las nubes son sólo blanco,
por encima mío, debajo tuyo,
encima mío, debajo tuyo,
por encima mío que es debajo tuyo.
Hoy tuve que girar en el suelo;
si no fuera por tí
no caerían mis brazos de ese modo,
ni pesarían como pesan.
Sigue creciendo el negro,
mece la cuna, mece la tierra,
y es un espectáculo, porque
tú no te terminas detrás de eso.
No te acabas porque te cubra su manto.
Estás del otro lado, y eso basta.
Pero algún día debes saberlo;
mientras flotas en tus propias leyes
(y aunque nos sepamos del otro lado).
Algún día debes saberlo;
y quizás ya lo sepas porque
has visto tanto y verás tanto más;
que no soy eterna, como tú.